9.Capitulo. UNA ETERNIDAD.

La mire a los ojos fijamente, ya no estaba asustada, ni tenia miedo a lo que pudiera pasar entre nosotras… Mi única preocupación ahora era el no poder dejar de besarla.

Me acerque a sus labios, los bese suavemente, y me desprendí de ellos. Y sin apartar la mirada de ellos le conteste.

-Jamás he estado tan preparada  en mi vida  como lo estoy ahora.

Daniela se abalanzo sobre mi, yo quede tumbada en la bañera…Mientras ella no dejaba de besarme.

Tras los besos  empezó a recorrer mi cuello con su lengua parando en cada recoveco de este, su aliento cálido se resbalaba por mi cuello, no pude evitar soltar varios gemidos, los cuales intente reprimir. Daniela alzo su cabeza y me miro fijamente, mientras bajaba su mano por mi vientre lentamente, no dejaba de mirarme como esperando que le diera mi consentimiento. Cogí su mano y la pare en su trayecto, y la mire intensamente, coloque su mano entre mis piernas y sonreí.

Daniela empezó a mover su mano dentro de mí, mientras me besaba, sentí dentro de mí como una bomba apunto de estallar. Ya no podía reprimir mis gemidos, ni tampoco quería hacerlo.

Se dejo caer completamente sobre mi, nos quedamos con las piernas entrelazadas, levemente notaba como su sexo rozaba el mio, mientras mis manos iban a parar a su espalda, cada vez los roces se volvían mas y mas intensos, los gritos de ambas se mezclaron, mis manos sobre su espalda se apretaron  dejando la marca de mis uñas. Hasta que note un placer intenso que jamás antes había notado, que dio paso a una completa relajación.

Y hay nos quedamos abrazadas, desnudas en una bañera durante varios minutos.

-Te amo.-Le susurre a Daniela.

Daniela sonrió.

-¿No me vas a responder nada?-Pregunte extrañada.

-Después de lo que ha pasado, no existe ninguna palabra  para expresarme medianamente bien.

-¿Pues deberíamos inventarla no crees? -. Pregunte seriamente.

-Que te parece una eternidad.

-¿Una eternidad? ¿Tú y yo? ¿Juntas?-.Le pregunte exaltada a Daniela.

-¿Te parece mucho?-.El rostro de Daniela se torno triste.

-No, me parece poco, pero bueno estoy dispuesta a empezar por una eternidad.

Apoye mi cabeza sobre su pecho y cerré los ojos, con una gran sonrisa dibujada en mi cara.